La gran custodia salida de las manos de Enrique de Arfe entre los años 1517 y 1524, por encargo del Cardenal Cisneros, es el objeto más importante que se guarda en la capilla del tesoro de la Catedral toledana. Mide 309,5 cm de altura, es de traza gótica y de gran belleza arquitectónica. Su objetivo era albergar el ostensorio de oro que perteneció a Isabel la Católica y que, dicen, fue elaborado con el primer oro que se trajo de América.
En un principio se hizo en plata, pero el arzobispo Quiroga mandó que se dorase, en el siglo XVI, para que hiciese juego con la custodia del altar mayor que es de madera dorada. Su planta es hexagonal y de ella se elevan columnillas adornadas con pedrería, figuritas de ángeles, florones, campanitas y espigas...
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